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Proyecto EsferaKarlos Pérez de ArmiñoEl Proyecto de la Esfera es una iniciativa lanzada en 1997 por un grupo de organizaciones humanitarias con el objetivo de establecer, por primera vez, una serie de normas mínimas universales en las áreas más importantes de la ayuda humanitaria post-desastre, de modo que ésta vea mejorada su calidad y su rendición de cuentas. El sistema humanitario presenta diversos problemas en su estructura y funcionamiento, como son: la falta de una regulación legal y de normas de calidad mínimas; la deficiente rendición de cuentas (accountability) o responsabilidad de las organizaciones de ayuda o de los donantes ante la población receptora; la multiplicidad de actores con culturas institucionales, criterios y métodos de actuación diferentes; y, en definitiva, la falta de la necesaria coordinación sobre el terreno (ver acción humanitaria: debates recientes). Debido a la creciente conciencia al respecto, y a raíz de la evaluación crítica de intervenciones humanitarias como la habida en Ruanda en 1994, han surgido recientemente diversas iniciativas que tratan de establecer nuevos mecanismos y pautas para que la ayuda humanitaria supere esas deficiencias. Entre ellas destacan: el Código de Conducta para la Ayuda Humanitaria, de 1994, que delimita criterios y límites de actuación para ONG y agencias (ver códigos de conducta); el Proyecto Esfera; y el Ombudsman Humanitario, encargado de velar por la aplicación práctica de los principios establecidos en estas y otras iniciativas. El Proyecto no surgió para crear normas nuevas, sino más bien para consensuar y consolidar algunas de las ya existentes. Así, a partir de 1997, una amplia red de expertos en diferentes campos comenzó a analizar los protocolos y manuales existentes, elaborados por diferentes ONG, agencias de naciones unidas y otras instituciones. Esta labor ha contado con la colaboración de unas 700 personas de 228 organizaciones en 60 países. Como resultado, en noviembre de 1998 se publicó la versión preliminar de los dos frutos del Proyecto: la Carta Humanitaria y las Normas Mínimas de respuesta humanitaria en casos de desastre. a) La Carta Humanitaria reconoce y reafirma el derecho a la asistencia humanitaria y a la protección que tienen las personas afectadas por catástrofes naturales o por conflictos armados, en base a los tratados internacionales vigentes de derechos humanos y de derecho internacional humanitario. Estos instrumentos definen las obligaciones jurídicas de los Estados o de las partes en conflicto para prestar ayuda o permitir que se proporcione. En particular, la Carta se sustenta entre otros en la declaración universal de derechos humanos, en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales de 1977, y en la legislación sobre refugiados[Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados,ver ACNUR, Refugiado: definición y protección, Refugiados, Campo de, Refugiados: impacto medioambiental, Refugiados medioambientales, Refugiados: problemática y asistencia, Reintegración de refugiadosy desplazados, ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), Salud de los refugiados]. La Carta recalca tres principios básicos en los que se asienta: – El derecho a una vida digna: además de recordarse las disposiciones jurídicas sobre el derecho a la vida y a la protección contra penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, se subraya que el Derecho Internacional Humanitario obliga a no obstaculizar la provisión de ayuda orientada a salvar vidas. – La distinción entre combatientes y no combatientes: se recuerda que según el Derecho Internacional Humanitario los civiles tienen derecho a la protección y a no ser objeto de ataques, derecho sin embargo crecientemente vulnerado en los conflictos civiles actuales. – El principio de non-refoulement (no devolución): este derecho, también crecientemente cuestionado, impide que un refugiado sea devuelto a su país si su vida o libertad corren peligro por razones de raza, religión, opción política, etc. Según se dice expresamente en el preámbulo del Proyecto, los derechos humanos básicos y los principios humanitarios se aplican o vinculan a la provisión de unos determinados niveles de ayuda, que se tienen que alcanzar para lograr la plena aplicación del derecho a la asistencia. Esos niveles se establecen en las Normas Mínimas. b) Las Normas Mínimas fijan los niveles mínimos de asistencia que tienen que proporcionarse y que los afectados tienen derecho a esperar en cada uno de los cinco principales campos de la ayuda humanitaria: – Abastecimiento de agua y saneamientos. – Nutrición (ver malnutrición) – Refugios, asentamientos y planificación de emplazamientos (ver refugiados, campos de) – Servicios de salud (ver salud y desastres) El establecimiento por primera vez de unas normas consensuadas en la comunidad humanitaria tiene por objeto establecer un marco operativo que facilite la planificación y gestión de la ayuda humanitaria, incremente su eficacia y facilite la coordinación entre sus actores. También proporciona una serie de criterios que sirvan de referencia a la hora de evaluar los proyectos de ayuda y que permitan reclamar la mejora de los servicios que proporcione (Young, 1999:286-7; Gostelow, 1999:316-25). Las organizaciones humanitarias que las suscriban se comprometen a conseguir su aplicación sistemática y a rendir cuentas de ello. También a mejorar el nivel de profesionalidad, formación y capacidad de las organizaciones y de su personal. Sin embargo, cabe el riesgo de que, en contra de su voluntad, factores externos como la falta de seguridad en el trabajo humanitario o la disminución de los fondos proporcionados por los donantes puedan dificultar su cumplimiento. En cada sector existen diferentes normas mínimas, cada una de las cuales, a su vez, dispone de varios indicadores clave, así como de algunas notas de orientación __(anexos de tipo técnico, estándares de calidad, etc.). Los indicadores, que pueden ser cuantitativos o cualitativos, sirven para constatar en qué medida se han podido cumplir las normas. Como ejemplo, en el campo de la nutrición, la norma 2, referida a los programas de ayuda nutricional selectiva para afrontar la malnutrición aguda, dice que “deben reducirse la mortalidad, la morbilidad y el sufrimiento provocados por la malnutrición aguda”. Uno de sus indicadores clave precisa que “cada persona debe haber aumentado de peso un promedio de al menos 8 gramos por kilogramo y día”. Aunque las normas mínimas tienen un carácter universal, los indicadores clave pueden variar en función de las circunstancias de cada desastre. Además, hay que tener en cuenta que, si bien las normas son preceptivas, esto es, marcan unos determinados objetivos, apenas especifican la forma en que deben trabajar las organizaciones. En definitiva, la Carta y las Normas representan en conjunto las siguientes aportaciones (Rey, 1999:123-4): a) Un compromiso de cooperación entre los actores humanitarios, buscando su coordinación en el terreno y en otros ámbitos. b) Un compromiso de las agencias para incrementar su _rendición de cuentas _(accountability); __esto es, se crean mecanismos para que su ayuda pueda ser examinada sobre todo por sus propios beneficiarios, así como por los donantes, los medios de comunicación o la población en general. c) El establecimiento del alcance, límites y responsabilidades de la acción humanitaria. Por ejemplo, se afirma que la responsabilidad principal en materia de prevención[Prevención de conflictos, Prevención de desastres] y mitigación de conflictos y desastres les corresponde más a los gobiernos que a aquélla. d) El compromiso de cumplir las exigencias de ayuda formuladas en la Carta y concretadas y cuantificadas en las Normas. e) La reafirmación de principios humanitarios existentes en los instrumentos jurídicos vigentes. Una vez publicadas la Carta y las Normas, el Proyecto comenzó en 1999 su revisión para incluir algunos otros aspectos, como una atención específica a la situación de las mujeres durante las emergencias, o las medidas que se deben tomar para minimizar los posibles perjuicios del reparto de la ayuda. Por otro lado, la iniciativa ha puesto en marcha también un programa de difusión y de formación, mediante cursillos impartidos en sede y en el terreno, para extender el conocimiento de las Normas y apoyar a las organizaciones para que las cumplan. Como decíamos, el Proyecto es una iniciativa de numerosas ONG internacionales. En su Comité de Dirección figuran Interaction, una coalición de más de 150 organizaciones norteamericanas; así como el Comité de la Gestión de Asistencia Humanitaria, que es una alianza de varias importantes organizaciones: CARE International, Caritas Internationalis, Oxfam International, Alianza Internacional de Save the Children, médicos sin fronteras Internacional, Federación Internacional de Sociedades de la cruz roja y de la Media Luna Roja, Federación Luterana Mundial y Consejo Mundial de las Iglesias. También son integrantes del Comité de Dirección del Proyecto Esfera, pero sin derecho a voto: VOICE (que agrupa a ONG especializadas en ayuda de emergencia), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Consejo Internacional de Organizaciones Benéficas (ICVA). K. P. Bibliografía
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