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Infecciones respiratorias agudasJonatan RapaportLas infecciones respiratorias agudas (IRA) constituyen la principal amenaza, muchas veces desatendida, para la supervivencia infantil en los países en desarrollo. Se estima que más de 4 millones de niños menores de 5 años mueren cada año a causa de esta enfermedad, y que dos tercios de estas muertes son potencialmente prevenibles con un tratamiento apropiado (WHO, 1999). Las IRA se dividen habitualmente en dos subgrupos: las infecciones respiratorias altas, que afectan al tracto respiratorio que se encuentra por encima de la epiglotis, como el resfriado común, la rinitis, la faringitis, la otitis media, etc., y las infecciones respiratorias bajas, por debajo de la epiglotis, con la neumonía y la bronquitis como ejemplo de las infecciones clínicas más serias. Habitualmente cada niño, tanto en países desarrollados como en los en vías de desarrollo, padece de 5 a 8 episodios de infección respiratoria cada año, siendo en su mayoría infecciones leves que se curan en pocos días y que no requieren antibióticos (WHO, 1996). No obstante, la incidencia de las infecciones graves de las vías respiratorias bajas es mucho mayor en los países en desarrollo, donde la neumonía es la principal causa de muerte de niños menores de 5 años. La alta morbilidad y mortalidad por la neumonía en esos países se debe a factores de riesgo como la mala alimentación, al bajo peso al nacer (insuficiencia ponderal), a la contaminación del aire dentro de las viviendas, al hacinamiento, a la falta de acceso a los servicios médicos y a la presencia de otras enfermedades. El término IRA en su sentido amplio ha comenzado a usarse a partir del año 1976, en el que la oms[Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados,ver ACNUR, Departamento para la Ayuda Humanitaria de la Comunidad Europea, ver ECHO, Comercio justo, Comida o dinero por trabajo,Proyectos/Programas de, ECHO (Departamento para la Ayuda Humanitaria de la Comunidad Europea), INSTRAW (Instituto Internacionalde Investigaciones y Capacitaciónde las Naciones Unidas parala Promoción de la Mujer), Medios de comunicación, OMC (Organización Mundial de Comercio), OMS (Organización Mundialde la Salud), Comité de Ayuda al Desarrollo,ver CAD, Educación sanitaria y promociónde la salud, Emergencia compleja, Economía moral , ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo)], Organización Mundial de la Salud, lanzó un programa específico para controlar este tipo de enfermedades en los niños de los países en desarrollo. En vista de los medios disponibles en aquel momento, el primer objetivo del programa fue el de reducir la mortalidad debida a infecciones agudas de las vías respiratorias bajas a través de protocolos simples que facilitan un diagnóstico adecuado y un tratamiento efectivo, es decir, el uso de antibióticos en síndromes bien definidos y de medidas de soporte médico en todos los casos. Además, se ha incluido la educación de la familia y de la comunidad sobre los signos y síntomas críticos de estas infecciones, ya que son muchos los niños que mueren por no haber sido llevados a tiempo a los centros de salud. En muchos países se han introducido estrategias nacionales para combatir este mal, pero en numerosos casos éstas no han podido llevarse a cabo, por la falta de infraestructuras sanitarias adecuadas, la falta de personal capacitado, y las limitaciones económicas y logísticas para contar con los medicamentos necesarios (WHO, 1996). Las infecciones respiratorias constituyen una importante carga sobre los precarios servicios de atención sanitaria de los países empobrecidos, donde el 30 al 50% de las visitas a las instalaciones de salud y el 20 a 40% de los ingresos hospitalarios están relacionadas con las infecciones respiratorias agudas en niños (WHO, 1996). Otro problema importante es la mala utilización de los antibióticos. Esto incluye su uso innecesario contra infecciones virales como los resfriados y los dolores de garganta, el uso excesivo de antibióticos caros y sofisticados en lugar de los más simples, seguros y baratos, y el uso innecesario y a veces incluso peligroso de medicamentos como los jarabes sedantes contra la tos o los antihistamínicos. Estas conductas causan toxicidad inútil por medicamentos, estimulan la resistencia de las bacterias a los antibióticos, y sobrecargan el presupuesto familiar y el del sistema público de salud. El problema puede ser solucionado en parte con un uso adecuado de los protocolos de diagnóstico y tratamiento o de las guías de manejo de casos de la OMS o de sus versiones adaptadas a los diferentes países. Algunas infecciones respiratorias pueden prevenirse con la vacunación, como ocurre con la tos ferina (pertussis), la difteria y las complicaciones pulmonares del sarampión. Además, mejorar la alimentación y promover la lactancia materna son otras medidas que contribuyen a mejorar las defensas, y, por lo tanto, reducen las posibilidades de enfermar y morir de neumonía. Otras medidas preventivas incluyen la reducción de los casos de bebés con bajo peso al nacer, la reducción de la contaminación del aire dentro de la vivienda (por humo de tabaco y humo de cocina y calefacción) y la protección de los niños contra el frío. J. R. Bibliografía
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