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Médicos Sin Fronteras (MSF)Joana AbrisketaOrganización humanitaria internacional, independiente, privada, aconfesional y sin ánimo de lucro, cuyo fin es aportar ayuda médica y aliviar el sufrimiento de las poblaciones en situación precaria, sin ninguna discriminación y de acuerdo con la Carta Magna de la organización. La asociación se afirma independiente de todo Estado o institución, así como de cualquier presión política, económica y militar, financiándose en buena parte mediante donaciones privadas. Una de las funciones de MSF consiste en prestar asistencia en el campo sanitario (cuidados médicos, control epidemiológico, vacunación, etc.), así como también en otros campos, como la nutrición, el agua y saneamiento, el abrigo, etc. Ahora bien, además del trabajo asistencial, MSF ha asumido desde sus inicios otra función definitoria de la acción humanitaria[Acción humanitaria:debates recientes, Acción humanitaria:fundamentos jurídicos, Acción humanitaria: principios , Mujeres y acción humanitaria , Acción humanitaria:concepto y evolución], cual es la protección a las víctimas de conflictos y otros desastres, mediante el testimonio y la denuncia de las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Esta función ha contribuido al hecho de que sea una de las ong[ONG, Redes de, ONG (Organización NoGubernamental)] que ha prestado más atención al área de comunicación y trabajo con los medios de comunicación, a fin de poner en conocimiento de la opinión pública la situación de las poblaciones en crisis. En la actualidad, MSF es una de las ONG más grandes e influyentes, de lo que dan fe sus más de dos millones de socios, sus proyectos en más de ochenta países, y los numerosos precios recibidos, como el Premio Nobel de la Paz de 1999. Cuenta con secciones operacionales en cinco países (Francia, Bélgica, España, Holanda y Suiza), así como con secciones no operacionales en otros trece, siendo sólo las primeras las que gestionan proyectos sobre el terreno. Dispone además de una oficina internacional en Bruselas, que coordina a las secciones entre sí, así como a MSF con las naciones unidas. Con el objetivo de mejorar su trabajo humanitario, MSF ha establecido una red de entidades pertenecientes a la organización o afiliadas a ella, que cumplen diferentes funciones complementarias, destacando las siguientes: – Epicentre: creada en 1987 y con sede en París, dedicada a la investigación epidemiológica, en particular de cara a intervenciones de emergencia, y a la realización de evaluaciones de las respuestas sanitarias ante desastres tanto de MSF como de otras organizaciones humanitarias. – MSF Logistic: con sede en Burdeos, encargada de las compras, preparación de kits de emergencia y distribución de equipamientos de MSF. – HealthNet International: creada en 1992 con apoyo de MSF Holanda, orientada a ayudar a la reconstrucción de los sistemas de salud en países que han sufrido un conflicto o desastre, con una perspectiva de desarrollo a largo plazo (ver vinculación emergencia-desarrollo). – Urgence & Développement Alimentaires (UDA): trabaja junto a MSF, aportando ayuda alimentaria de emergencia. Origen y evolución MSF representa un eslabón importante en la evolución del mundo humanitario en las últimas décadas. Fue fundada en diciembre de 1971 por dos grupos de médicos: uno que había trabajado entre 1968 y 1970 en el equipo francés del Comité Internacional de la cruz roja (CICR) durante la guerra de Biafra, y otro que había socorrido a las víctimas de un fuerte temporal en Pakistán Oriental (actual Bangladesh) en 1970. Ambos grupos se percataron de las deficiencias de la ayuda humanitaria internacional, y se decidieron a revolucionar la ayuda médica de emergencia. MSF surgió en buena medida como culminación de una evolución iniciada diez años antes en el CICR. El cometido principal de éste consiste en que las naciones beligerantes cumplan los Convenios de Ginebra (ver derecho internacional humanitario), suministrando la protección y asistencia debida a prisioneros y civiles en tiempo de guerra. Hasta principios de los años 60, el CICR cumplía sus obligaciones sin enviar unidades médicas a las zonas de conflicto, sino que la asistencia sanitaria era proporcionada por los propios ejércitos enfrentados. Sin embargo, la multiplicación de guerras civiles que siguió en África a los procesos de descolonización (Katanga, 1960; Biafra, 1967), y el hecho de que muchas de ellas afectaran gravemente a la población civil (bloqueo de alimentos, desplazamientos forzosos), obligó al CICR a enviar ayuda material. Así, el CICR ofreció a la sociedad francesa de la Cruz Roja la oportunidad de llevar a cabo su propia misión en Biafra, que llevó a cabo entre septiembre de 1968 y enero de 1970 con el envío de cincuenta médicos, en los que se mezclaban las motivaciones religiosas con las de búsqueda de soluciones para el Tercer Mundo. Su trabajo se desarrolló en condiciones extremas en una guerra que originó un millón de muertos, particularmente entre la perseguida etnia ibo, lo que hizo que algunos de ellos pusieran en cuestión uno de los principios tradicionales del CICR: la obligación de mantenerse neutrales y de no realizar denuncias públicas. De este modo, al retornar a Francia desafiaron dicha prohibición y crearon una “Comisión contra el genocidio de Biafra”, con el fin de denunciar las causas políticas del conflicto. Al mismo tiempo, a iniciativa de la revista médica Tonus, se formó un segundo grupo de médicos, que puso de manifiesto el desastre de Bangladesh y creó la asociación Socorro Médico Francés. Ambos grupos de médicos se unieron para crear en 1971 Médicos Sin Fronteras. A la gestación de este movimiento humanitario contribuyeron sin duda varios factores, como la preocupación en Francia por su legado colonial, la revolución en el transporte aéreo y las telecomunicaciones, y la creciente percepción del mundo como una aldea global (Brauman, 1993). Debido a su origen, periodistas norteamericanos bautizaron a los fundadores de esta organización como los French doctors, si bien el concepto ha perdido sentido conforme la organización se ha internacionalizado. Durante los años 70, MSF se mantuvo como una organización pequeña, debido a que se nutría sólo de voluntarios no retribuidos, y que su crecimiento se veía dificultado por su actitud de no solicitar ayuda en clave de caridad ni de “vender” sus servicios humanitarios. Sin embargo, la organización creció desde finales de los 70, debido a la multiplicación de conflictos y de campos de refugiados en África. Así, se vio obligada a adoptar un enfoque más profesional, estableciendo un coordinador de proyectos y el pago de salarios a los médicos que trabajaran en el terreno durante periodos de más de seis meses. Este proceso ocasionó divergencias entre los veteranos de Biafra, partidarios de una ayuda exclusivamente voluntaria y no burocratizada, y los nuevos miembros partidarios de un compromiso más estable (Brauman, 1993). Dos de los principales hitos de su historia sucedieron en Afganistán y Etiopía. Con ocasión de la invasión de Afganistán por el ejército soviético en 1981, MSF permaneció en el país por medio de misiones clandestinas, materializando así el derecho de acceso de las organizaciones humanitarias a las víctimas, y el derecho de las víctimas a recibir asistencia independientemente del consentimiento del Gobierno. Por su parte, en Etiopía MSF denunció las prácticas brutales del gobierno, como el traslado forzoso entre 1984-88 de unas 600.000 personas del Norte al Sur por razones en buena parte militares, que contribuyó a la hambruna que asoló al país. Esta denuncia pública le obligó a abandonar Etiopía, poniendo de relieve el difícil dilema que afronta la acción humanitaria, entre el trabajo de asistencia y el de protección y denuncia. J. Ab. Bibliografía
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